Hace unos meses, nos encontramos un artículo muy interesante. Se llamaba “Requiem por la pepitoria” de Javier Rada y nos hablaba de aquellos platos clásicos y tradicionales que se están perdiendo.
Nos dio mucha pena, así que hicimos la semana siguiente un pollo en pepitoria que incluimos en el menú semanal. Hubo varios clientes que lo pidieron diciendo que les recordaba a sus abuelas, pero otros nos preguntaron para saber qué lleva la pepitoria.
Es una pena pensar que todas estas recetas se pierden.
Por ello, miramos más recetas de ese artículo y hubo una que captó nuestro interés: el gazpacho de poleo. Nos pusimos a investigar, era algo que nunca habíamos oído. Sabemos del gazpacho de sandía y de fresa, pero no del gazpacho de poleo. Al parecer, es un plato común en Extremadura.
El poleo
¿Pero dónde compramos el poleo?
Cuando nos lo mencionan se nos viene a la cabeza las infusiones, pero claro, no vamos a comprar mil sobrecitos de poleo menta y vamos a abrirlos para hacer la receta. Investigando un poco, vimos en Pozuelo de Alarcón una tienda pequeña: Un mundo a granel.
Entre muchas cosas, tenían poleo, así que fuimos y compramos una bolsita. Nos dio pena, ya que estaba a la entrada de una pequeña galería comercial. Nos contó la dependienta que antes era una zona llena de vida, pero los negocios fueron cerrando y sólo quedan dos en ese sitio.
El poleo es una de las plantas más conocidas en todo el planeta por su forma de tomarlo como infusión. Y es una planta que se conoce desde la antigüedad en Europa y Asia.
También tiene muchos beneficios para la salud, como remedio para la resaca, la fiebre o la regla. Aunque mucha gente la toma por sus propiedades relajantes.
Ingredientes gazpacho:
- 2 huevos
- 1 diente de ajo
- Poleo
- 3 barritas de pan
- 1 pimiento verde
- 50ml de AOVE
- 2 huevos
- 20ml de vinagre
- Agua
- Sal
Preparación del gazpacho de poleo:
Lo primero, cogemos las barritas de pan. Las sumergimos en agua para que se humedezcan y se ablanden. Ya sabemos que el gazpacho es una comida de aprovechamiento, así que podéis usar cualquier pan que tengáis por casa.
Ahora, ponemos a hervir los huevos para que nos queden duros. Los pelamos y echamos la yema a un recipiente. En ese mismo recipiente ponemos el ajo, el pimiento verde cortado y el pan. Añadimos un poco de aceite, vinagre, sal, agua y el poleo y lo batimos.
Como hemos usado la thermomix, recomendamos ponerlo a 6.5 durante seis minutos y medio. Nosotros además damos un par de segundos a velocidad 10 para que quede bien mezclado
Para emplatar, lo servimos frío en un cuenco. El huevo duro que nos ha sobrado lo hemos puesto por encima cortadito, como si se tratara de un salmorejo. Y para decorar, hemos añadido unas hojitas de menta.
Estamos tan acostumbrados a oír lo de poleo-menta que es raro no incluirla.
Tan sólo queda saborear este plato en peligro de extinción.
¿Qué os ha parecido?
¿Os gustaría que hiciésemos más platos tradicionales casi olvidados para rescatarlos?
5 comentarios
Nunca dejas de sorprendernos con recetas originales. Debe estar muy rico este gazpacho.
Me gustan mucho las recetas tradicionales y soy total defensora de recrearlas para que no se pierdan.
El poleo es un tipo de menta (Mentha pulegium) y debe ser un gazpacho o sopa fría muy rico y refrescante.
Me encanta, ese toque balsámico que da el poleo debe ser algo sensacional.
Me ha sorprendido muchísimo la receta debe ser muy refrescante. Enhorabuena por recopilar y hacer recetas casi olvidadas
Me ha encantado, delicioso y fresco