El Desafío Picante de La Virgen 154

Hoy vamos a hacer algo diferente. Normalmente el blog lo escribe Paloma, pero en este caso, soy yo, Nachete, quién llevará el volante de la nave. Para ello, quería hablar de un evento muy divertido al que pude asistir hace unos días.

Desafío Picante de Mi Cocina en tu Casa, empresa de comida a domicilio en Pozuelo de Alarcón

Si algo he heredado de mi madre es el gusto por el picante (no menciono el talento para la cocina ya que aún estoy aprendiendo y no sé si tengo algo en el ADN). Mientras que el  resto de la familia no lo tolera, a mí me encanta. Solemos ir juntos a sitios y pedir los platos más picantes para ver si los aguantamos. Por supuesto, también veo vídeos del tipo “la comida más picante de España” o “Crónicas Carnívoras”. Siempre tengo la misma pregunta: ¿Cuánto debe picar eso que comen?

En varios lugares del mundo es habitual hacer concursos de comida picante y siendo sinceros, me parece algo friki. Pero hay que disfrutar en esta vida y hacer cosas locas, así que cuando un amigo me dijo que en La Virgen 154 se organizaba el Desafío Picante no dudé en apuntarme. Fueron unos 22 euros, pero es algo que nunca había hecho y seguro que daba pie a muchas anécdotas o, al menos, a un artículo en el blog.

Pensamientos previos

Era jueves y quedé con mi amigo un poco antes para ponernos al día. Sorprendentemente, ambos tuvimos las mismas reacciones cuando contamos a qué íbamos a dedicar la tarde. Durante el reparto del menú diario yo dije a los clientes que iba a comer picante y me preguntaron si iba a salir en la tele, mientras que los chavales a los que mi amigo da clases le preguntaron si iba a streamearse por Twitch. ¿No es ésta la brecha generacional? Por como reaccionaban, parecía que nos íbamos a presentar a las Olimpiadas.

Pero según andábamos, nos íbamos asustando más y más. No quería que nos pasara como con Filomena, que advirtieron que nevaría mucho y le quitamos importancia. Las advertencias de que iba a picar estaban por todos lados pero decíamos que no sería para tanto. Total, casi siempre que nos dan algo picante acabamos decepcionados. Pero en esta vez, el miedo estaba presente. Esa mañana puse en Twitter que me iba a presentar y Cervezas La Virgen me deseó suerte. ¿Por qué pese a desearme suerte no me sentí reconfortado?

Llegamos al sitio y lo primero, nos sorprendió ver a tanta gente. Nunca se sabe si estos eventos van a estar llenos o será cosa de cuatro gatos. En este caso, estaban en la mesa los primeros cinco participantes. ¿Decía que nos íbamos asustando mientras caminábamos? Pues ahora el canguelo fue máximo. Según nos reciben, nos dan un contrato a firmar donde, aparte de dar nuestros derechos de imagen, afirmamos que nos presentamos de manera voluntaria y no nos obligan a terminar los platos.

La capsicina y la escala Scoville

El susto máximo es al leer que los platos que vamos a consumir tienen un alto contenido de capsaicina y superan los más altos niveles de la escala Scoville (2.200.000). ¿Sabéis lo que significa? La capsaicina es el producto químico que a los mamíferos nos produce sensación de ardor… básicamente, es lo que hace que lo que es picante, pique. La escala Scoville fue inventada por Wilbor Scoville en 1912 y cataloga el nivel de picor de los alimentos. Lo más bajo con un cero patatero está el pimiento verde.

Para situarnos diremos que el jalapeño o el pimiento del padrón se sitúa entre los 2.500 y 5.000, una zona donde también encontramos la salsa original de Tabasco. El habanero está entre los 100.000 y 350.000. Aún es poco, muy poco. DEMASIADO POCO. Para pensar en los niveles que teníamos por delante, tenemos que irnos al spray de pimienta. Exacto, los sprays pensados para prevenir agresiones tienen 2 millones en la escala Scoville. Imaginad, vamos a comer spray pimienta.

La duda estaba en cómo sería el reto, si era cuestión de resistencia (a ver quién se lo acaba) o velocidad (quién se lo termina antes). Y votaba por resistencia, pero resulta que no, era velocidad. Al poco vino la primera ronda y trajeron tres platos. También dejaron al lado el “antídoto”, una bebida rosada que servía para rebajar el picante.  ¿Lo malo? Si tocabas el vaso, te descalificaban. De nuevo, recordaron que si uno se encuentra mal, bebiera del antídoto, que es un juego y no debe pasar a mayores.

El Desafío Picante

La primera ronda fue sorprendentemente rápida. Demasiado rápida para mi gusto, dejaba el listón muy alto. Tras unos minutos de descanso, tuvimos que ir a la mesa. Lo que no me di cuenta, nos dieron unos guantes de látex para comer bien y nos recordaron que no debíamos tocarnos la cara y menos ojos para evitar ardores no deseados. Yo recomiendo ir al baño antes, eso si que puede ser un ardor no deseado para nada.  Ah, no lo dije, pero nos dejaron unos chupitos picantes extra. No recuerdo que son, pero juraría que había trozos de guindilla flotando. Antes de comer tuvimos que tomarlos de un trago. ¡Es jueves y ya a chupitos!

Al poco, llegó el menú de tres platos. Constaba de unos dumplings, una costilla y un curry. Nada más ponerlo en la mesa, ya se olía el picante. Mucho miedo. Pero sonó la campana, así que, a ritmo de Eye of the Tiger, nos pusimos a comer. Yo empecé por los dumplings, ya que me cabían de un bocado, pero el ardor en la boca empezó a estar presente. ¡Y eso que casi engullí! No hubo tiempo para pensar, así que me lancé a por la costilla. Pero ahí me venció. Una regla es que hay que dejar el plato limpio y se me empezó a desmenuzar. Intenté coger restos del plato, pero la competición llegó a su fin: el chico de al lado había terminado todo.

Derrotado. No me lo podía creer. No es que fuera con grandes expectativas, pero sí que pensaba que mi aguante al picante era mayor. Me sentí como un chavalín de la cantera que jugó en el Real Madrid contra Cristiano. Menudo monstruo tenía al lado. Yo estaba llorando profusamente y las manos me temblaban un poco. Pero no podía acabar ahí. Con calma, terminé la costilla y empecé el curry. Me gusta llamar al curry “la clemencia del chef”, ya que tenía de fondo un poco leche de coco y fue un bálsamo para mi paladar. Con la última cucharada, pude decir que terminé los tres platos más picantes que he comido en mi vida.

Pero eso no acabó ahí. Quedaba la final. En la primera ronda hubo una confusión sobre quién acabó antes, así que pasaron dos personas. De la segunda ronda pasó el chico que me venció. Ahí no pude ver si eran los mismos platos o diferentes, pero sonó la música y empezaron a comer. Según el vídeo que grabé, la final duró solo 27 segundos. ¿Duré yo tan poco? Me pareció una eternidad. Volviendo a la competición, el chico que me venció fue el ganador absoluto de esta edición. ¡El Dios viviente del Picante! Al menos, puedo decir que perdí frente al campeón.

Reflexiones del Desafío Picante

La verdad, el concurso fue toda una experiencia. Fui bastante confiado pero al final, sobrepasó mis expectativas. Tras años yendo a sitios donde me aseguran que la comida pica y decepcionarme, me encontré con algo que me costaba comer de los Scovilles que tenía. Me costó tanto que empecé a llorar y las chicas que llevaban las redes sociales me empezaron a grabar. Me hice el tímido poniéndome la servilleta en la cara y dejaron de grabar, pensando que estaba incómodo. ¡No saben lo teatrero que soy, ocultar mi cara es que me tienen que grabar más! Tras acabarnos la cerveza y recibir el premio de consolación, nos fuimos a casa.

Desafío Picante de Mi Cocina en tu Casa, empresa de comida a domicilio en Pozuelo de Alarcón

Pero como se dice, lo que pica, repica. Al día siguiente la tripa estuvo dándome el día. No fue hasta el día siguiente que estuve medio bien y es que es cierto. En el contrato ya advertía de que esto  puede pasar y si lo haces, es tu propia responsabilidad. Pero a los que nos gusta el picante, sabemos a lo que nos enfrentamos. Igual que un boxeador sube al ring sabiendo que recibirá algún golpe, nosotros comemos sabiendo que la tripa tendrá que aguantar. Dicen que harán más ediciones y el ganador tiene un pase a la final en diciembre. ¡Quizás vaya otro día para vengar mi honor y enfrentarme al Dios del Picante en una revancha épica!

Paloma Gómez

Paloma Gómez

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