A mí el café siempre me ha gustado. Suele ser mi desayuno preferido, junto con unas barritas de pan. Pero como el alcohol nunca ha sido de mi agrado, nunca he tomado café irlandés.
Pero hoy es el Día del Café Irlandés, así que me ha tocado hacer mi primer café irlandés. Me preparé bien, lo hice y se lo di a Nachete, ya que a él no le importa. Lo ha tomado algunas veces, aunque sigue siendo fan del café con leche de toda la vida.
Historia:
La historia del café irlandés es curiosa. Por supuesto, casi siempre ha habido estos combinados, ya que juntar café y destilados es algo habitual. Sin embargo, para entender el café irlandés, nos tenemos que ir a la Irlanda de la postguerra. La Primera Guerra Mundial acababa de suceder y la localidad de Foynes era un sitio de paso entre los viajeros de Estados Unidos a Europa, gracias al aeropuerto. En 1943, Brendan O’Regan abrió un pequeño café restaurante que cosechó fama entre los viajeros. Ese mismo año, un avión tuvo que dar media vuelta debido al mal tiempo y, con la gente helada de frío, tuvieron que improvisar algo.
El chef Joe Sheridan hizo una mezcla de café con whisky irlandés que rápidamente gustó a la gente. Lo llamaron Irish coffee y lo empezaron a comercializar en la carta. Mediante unos ajustes, se añadiría la nata. Y como casi todo, surgen de errores y casualidades. Quizás de no haber dado la vuelta ese avión, no tendríamos este invento.
Ingredientes del café irlandés:
- Café 2 partes
- Whisky irlandés 4 partes
- Azúcar 1 ó 2 cucharadas blanco o moreno
- Nata 50 mls.
Preparación del café irlandés:
Como su nombre indica, el whisky que ha de usarse es irlandés, por lo que nosotros nos decantamos por un Jameson. No somos muy de whisky, pero a nuestros amigos les gusta mucho, así que es una buena opción.
Lo primero es hacer el café, lo haremos con un café que no tenga crema y que tampoco tenga un sabor muy pronunciado, ya que podría esconder el sabor del whisky.
Para esta labor, hemos usado una cafetera de Suss. Es un buen invento, ya que añadiendo el café, puedes hacerlo al microondas. No tardamos nada y sacamos un par de tazas.
Mientras se va haciendo el café, templamos con agua caliente el recipiente elegido, normalmente una taza alta de café.
En una cazuela, mezclamos el whisky y el azúcar y la removemos. Luego flambeamos para que se evapore parte del alcohol.
Tened cuidado, que Nachete se llevó un gran susto cuando iba a sacar la foto y vio el fuego tan de cerca. A continuación, vaciamos el vaso del agua caliente, vertemos el café y le echamos la mezcla de whisky-azúcar.
Llega la hora de hacer la nata montada, hay que hacerla con textura de crema batida, sin picos. Lo ideal es incorporar la nata poco a poco, para que literalmente flote en el café, lo mejor es hacerlo con una cucharilla y si es con el dorso, mejor. Como detalle podemos poner encima de la nata un poco de nuez moscada o de canela, no necesita mas.
Hay que tomarlo al momento, y apreciar esa mezcla del whisky con el café caliente y la nata fría que poco a poco se va deshaciendo en el café. Espero que os guste
9 comentarios
Que bueno el café y delicioso de esta forma.
No conocía la cafetera , gracias por la información.
Menudas ganas de prepararnos uno. Tiene que estar bien rico!
Hace siglos que no me tomo un café irlandés y me has dado antojo.
Que bien sienta y como calienta el cuerpo
Hace mogollón que no me tomó uno! Saludos
Que bueno el café irlandés, me encanta. Ahora en invierno apetece muchísimo.
Un abrazo
Concha
Que buena entrada, hace muchísimos años que no me he tomado un café irlandés. Tomo nota.
Ideal para disfrutarlo con calma, me encanta.
Nunca lo he preparado en casa, pero fuera me encanta tomarlo. Ya he visto que no es difícil. Me voy a animar